Las tecnologías afectan a las relaciones de parejas

EL DAÑO QUE LAS TECNOLOGÍAS HACEN A LAS PAREJAS
Vivimos unos tiempos en los que no podemos concebir la existencia sin ordenadores, smartphones y sus correspondientes apps, Ipads y un largo etcétera. Una fiebre que afecta (y también beneficia) a muchos aspectos de la vida y, entre ellos, también al amor.
Es por ello que, en este “distópico” artículo vamos a comentar esa realidad que es, ni más ni menos, que el daño de la tecnología a las parejas.
En alguna ocasión, como les habrá pasado a muchas, miras a tu alrededor en esa terraza de restaurante a la que acudes con tu chico y te das cuenta de que una gran mayoría de personas en el mismo recinto consumen una comida con las cabezas cabizbajas, esclavos de su smartphone, sin mirarse a los ojos, transformando la comunicación y volviéndose herméticos.
Es una triste realidad de la que no escapamos ningunas de esas nuevas generaciones (y las que vendrán) para las que la tecnología es una de las herramientas más útiles de nuestra existencia.
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Con la situación descrita en el párrafo anterior podríamos definir perfectamente el título de este artículo: hay algo que nos permite llegar a todas partes, menos a quien está a nuestro lado.
Tampoco queremos llevarnos las manos a la cabeza y condenar la tecnología como principal factor de pobreza en ciertas relaciones que deberían ser más “físicas” o sensoriales, pero sí es cierto que parecemos avocados a consumir, aún más, tal simbiosis en los años venideros.
OJOS QUE NO VEN, RED SOCIAL QUE TE LO CUENTA
Las redes sociales se convierten en escaparate del egocentrismo e indiscreción, promoviendo los enfados y disputas gratuitas, la total antítesis de esa frase que dice “ojos que no ven… “, pero todo puede ser visto y, lo peor de todo, que estará sometido a la incertidumbre, las dudas y los malentendidos. Esas imágenes tras una ruptura, otras con una chica que desconocemos, nuestro smartphone se convierte en una mina de golpes algo más evitables en otras épocas.
Por otra parte, la tecnología también permite conocer el amor a través del mundo cibernético, algo con muchas ventajas pero también con otras desventajas. Siempre nos sucede que si un chico nos gusta en el metro no nos atrevemos a hablarle por miedo, por reglas establecidas socialmente pero, sin embargo, sí podemos hacerlo protegidos tras un interfaz. Ocultarse tras una máscara puede no ser algo tan bueno a fin de cuentas; práctico, pero no tan sano.
El daño que las tecnologías hacen a las parejas se nutren de ejemplos varios promovidos por la indiscreción de las redes sociales, el aislamiento que suponen ciertas apps o el camuflaje que Cupido ha adquirido a la hora de unir a dos personas. No vamos a obviar los beneficios, que de hecho también son muchos, pero sí es cierto que siempre queda ese leve resquicio de involución dentro de la misma evolución.
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